Estudio Antropológico

Y aquí vemos a la raza humana en pleno rito de apareamiento.

A diferencia de otras especies los machos no producen sus propios sonidos de cortejo, es por ello que existen lugares especiales donde los sonidos emitidos de bocinas alto parlantes. Una vez el sonido ha comenzado el macho que observamos incita a la hembra con movimientos rítmicos, la hembra es quien decide si seguir sus movimientos o rechazarlo.

Los movimientos del macho son planificados y su finalidad es ser escogido para consumar el coito.

Los movimientos de la hembra son más fluidos, para ella la finalidad de aquella danza es la diversión, diversión que la incita a su entrada al rito de apareamiento.

Al final de la noche, la decisión de la hembra es definitiva, observó a los mejores danzantes, los de mayor atractivo físico y entre conversaciones percibió a algunos de mayor inteligencia. 

Es una lástima, nuestro macho puede ser llamado “perdedor” pues no ha sido elegido.

La hembra ha obtenido un mayor nivel de diversión con otro macho, que si bien es cierto, posee menores cualidades para la danza, menor simetría física y menor inteligencia, este tiene lo que los humanos llaman “billete”.

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